El pasado 13 de septiembre, el conductor de una moto Uber de la ciudad de Santa Fe chocó contra una camioneta, y tanto él como la pasajera, sufrieron heridas de diversa consideración, aunque Daniela fue la que se llevó la peor parte.
La mujer, de 50 años, sufrió fracturas de caderas, pelvis, fémur y su hombro derecho, y denunció que desde el día del accidente no tuvo respuestas: “Nadie se comunicó para preguntarme si al menos tenía dinero para comprar una botella de agua mineral”, advirtió. “Desde Uber se comunicó una persona que me deseó una pronta mejoría y me devolvió la plata del viaje, pese a que nunca le pagué al chofer”, agregó.
Además, detalló que recibió un llamado de abogados que representa a la aplicación, le explicaron que debía hacer los trámites de forma particular y, una vez rehabilitada, iba a ser revisada por un médico para calcular el grado de invalidez y determinar la compensación que le brindarán.
Pero a casi dos semanas del accidente, Daniela subrayó que nadie más se volvió a comunicar y no le atienden el teléfono. Por el lado del seguro del chofer de la app de viajes, y de la camioneta que participó de la colisión, no han tenido ningún tipo de comunicación con ella.