Una disparatada cadena de descuidos generó un curioso procedimiento policial que terminó con un hombre detenido por estafa y tenencia de armas. Un hombre olvidó su tarjeta en el cajero automático y quiénes la encontraron la utilizaron para comprarle accesorios a un auto, el que dejaron en un taller para la colocación.
El titular de la tarjeta notó que la había olvidado en un cajero automático de zona sur. Cuando abrió su homebanking vio una reciente compra por casi medio millón de pesos en una casa de audio para autos.
Al ir al mencionado taller, le confirmó que una mujer de nombre Lucila había comprado una pantalla con cámara de retroceso y dos parlantes para su auto, pagados con una tarjeta de su mismo banco.
Lo curioso fue que la mujer dejó en el taller su Renault Sandero color gris para que le instalen los accesorios que había comprado con la tarjeta encontrada. Tras la denuncia de la víctima, se montó un operativo en la zona donde un hombre fue detenido tras retirar el auto en cuestión.
Acto seguido, la fiscal ordenó que se allane el domicilio del detenido. Y si bien el plástico no fue encontrado, en el procedimiento secuestraron un arma de fuego calibre 22, 160 municiones, 10 celulares, una balanza de precisión y dinero en efectivo.