Familiares de Roberto Eduardo Rosales (42), un preso que se encontraba alojado en la cárcel de Coronda, denunciaron que el hombre murió y sus restos fueron sepultados sin previo aviso a sus hijos y hermanos.
Rosales es oriundo de Santa Fe pero fue arrestado en Rosario, y alojado inicialmente en la Seccional Décima de policía, en donde permaneció hasta el 16 de junio, fecha en la que, según su familia, fue ingresado al penal de Coronda.
El preso fue visto por última vez por su hermana el pasado 9 de julio en su lugar de detención, y en dicha visita la mujer vio que el hombre no se encontraba en buen estado de salud. Dos días después de esa visita Rosales muere -entre el 10 y 11 de julio- pero su familia no fue informada.
El fiscal interviniente ordenó el traslado del cuerpo a la morgue judicial para su posterior examen de autopsia, la que no arrojó ningún indicio de la participación de terceros en su muerte. Luego, el cadáver fue devuelto al establecimiento carcelario que dispuso sepultarlo.
Desde el Servicio Penitenciario indicaron que intentaron comunicarse con tres números telefónicos vinculados al entorno familiar de Rosales para entregar el cuerpo, pero no lograron dar con nadie, por lo que se procedió al entierro en el Cementerio Municipal de Coronda.
Mientras que los familiares del convicto niegan que haya existido algún intento de comunicación, ahora solicitan que se investigue a fin de saber, en primer lugar, las causas de su deceso, y los motivos por los cuales no se nos anotició de este hecho luctuoso.