En el marco de las investigaciones sobre la ola de asesinatos a trabajadores que se registró durante el mes de marzo en Rosario, donde la justicia determinó que fueron orquestados desde las cárceles, el ministro de Seguridad de la provincia Pablo Cococcioni anticipó que activarán la cláusula que prevé la suspensión de visitas a presos de alto perfil que “infringieron reglas y ordenaron crímenes a través de sus parejas, durante las visitas”.
En este marco, el funcionario “mencionó a personas que impartían órdenes desde cárceles de la provincia de Santa Fe y desde cárceles del Servicio Penitenciario Federal, a través de las visitas. Estimo que en un segundo corte investigativo se intentará llegar hasta los autores últimos de esta cadena de mandos de la organización criminal”.
Este martes, la justicia provincial dictó la prisión preventiva para los cinco imputados vinculados a esos hechos. Alejandro Chucky Monedita Nuñez fue acusado de planear al menos dos asesinatos. También fueron mencionados Esteban Alvarado y el “Morocho Mansilla”. Además, fue acusada la pareja de Chucky, Brenda La Cote Pared, quien cumple prisión domiciliaria y supuestamente bajaba las órdenes de Chucky a la calle. Y se confirmó la participación de menores: uno de ellos incluso habría sido el autor material de al menos dos de los homicidios.
“A partir de eso, podemos afirmar que la causa de estos ataques fue tratar de revertir decisiones de política pública relacionadas con un mayor control de las condiciones de detención”, sostuvo el ministro.
“Si poner estas reglas básicas en el Servicio Penitenciario es considerado «una verdugueada», esto habla mucho de cómo era el régimen penitenciario en los últimos cuatro años. Esas son decisiones que todas las instituciones de la provincia de Santa Fe han respaldado. Lo que se hacía, en definitiva, no era «un abuso» ni una «verdugueada», sino la aplicación de mecanismos básicos de control que toda la sociedad (incluso la propia Justicia) reclamaba, habida cuenta de la enorme cantidad de homicidios, extorsiones y balaceras que eran ordenadas desde dentro de las cárceles de Santa Fe y del Servicio Penitenciario Federal”, concluyó.