El asesinato de un playero de 25 años -empleado de una estación de servicio- sumado a los dos taxistas y un colectivero que agonizó durante tres días, dejó a la ciudad de Rosario virtualmente cerrada, sin transporte público, ni escuelas, entre otras actividades esenciales.
En una conferencia de prensa brindada el lunes por la mañana en la sede de Gobierno, el ministro de Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni, reiteró que el gobierno provincial no cambiará su política carcelaria, pese a las amenazas. “Venimos de un período de varios años donde se permitió que los detenidos hicieran lo que querían y eso se terminó”.
Mientras tanto, la ciudad espera la llegada de la ministra Patricia Bullrich y del ministro de Defensa, Luis Petri, quienes anunciarían un plan de emergencia para “copar” a Rosario de fuerzas federales, con el acompañamiento logístico del Ejército.
Con el respecto al crimen del playero de 25 años, empleado de una estación de Servicio, el titular de la cartera de Seguridad santafesino anunció que en las últimas horas se produjeron tres detenciones, una por presunto encubrimiento y otros dos demorados por averiguación de antecedentes.
Los dos últimos crímenes –el chofer a la línea K y el estacionero- derivaron en un cacerolazo por la noche del domingo, mientras que el arzobispo Eduardo Martin convocó para esta tarde a una misa por la pacificación de la ciudad.