Una oficial de la Unidad Regional XVII de San Lorenzo denunció en la Agencia de Control Policial (Eex Asuntos internos) al comisario Luciano Casteran, jefe de la Alcaidía Mayor de su repartición, de una serie de delitos que van desde trata de menores hasta tráfico de drogas, lo que explica, en parte, la decisión del gobierno de Pullaro de intervenir esta cabecera policial departamental.
La denunciante aseguró recibir órdenes de Casteran y de sus subordinados para no requisar a mujeres que visitaban a los detenidos, y además, advirtió sobre el ingreso de menores de edad al sector de presos por delitos sexuales: “Nenas de 12, 13, 15, años”, detalló la mujer.
Además de denunciar presos que salían y tardaban en volver, indicó sobre la existencia de un área VIP en la planta alta de la Alcaidía que nunca era requisada, donde había detenidos que recibían visitas sin restricciones horarias.
Incluso, mencionó que cada vez que en una requisa hallaban alguna sustancia (en referencia a estupefacientes) “no se hacía ningún tipo de procedimiento”. “A la cocaína la pasan en botellas de cloro”, señaló.
También habló de una supuesta relación amorosa del comisario Casteran con dos empleadas policiales, a quienes les otorgaba tratos preferenciales y beneficios en el servicio, eximiéndolas de ciertas responsabilidades laborales.
Aunque la decisión de intervenir la URXVII está tomada desde hace varios días, fuentes del Ministerio de Seguridad provincial confirmaron que la trascendencia pública de este escándalo apuró los tiempos administrativos de la designación de Gustavo Rapuzzi al frente de la Jefatura. Estiman que entre esta noche de miércoles y mañana jueves entrará en funciones.